Este año, Gómez-Pinzón fue reconocida como la Firma ProBono del año y además, quedó en el primer puesto del concurso de bandas del Rock&Law. Para nosotros, estos reconocimientos son el reflejo de un proceso de implementación de una cultura pro bono que durante años hemos promovido al interior de la firma. En este sentido, más allá de hacer simplemente trabajo pro bono, se promueve que todos los miembros de la firma (abogados y miembros de la dirección corporativa), entiendan la importancia y el impacto que tiene el trabajo pro bono y cómo desde nuestra posición de privilegio, podemos contribuir a facilitar el acceso a la justicia a quienes encuentran más barreras y que sin el trabajo pro bono, difícilmente podrían acceder a sus derechos. Así mismo, esta cultura invita a los miembros de la firma a participar de los distintos eventos y apoyar a la Fundación, un actor clave en la promoción del trabajo pro bono. Este esfuerzo se ha construido a partir de acciones como crear un Grupo de Práctica de ProBono al interior de la firma y tener un cargo de coordinador de tiempo completo que además de promover la cultura pro bono, apoya en temas administrativos y jurídicos a los abogados. Haber tomado alrededor de 145 casos en un año (casi un caso por abogado) es un logro de toda la firma, de los abogados que deciden impactar positivamente la vida de los clientes ProBono.
Es motivante ver que cada vez más en la comunidad jurídica, reconocemos la importancia de generar este impacto a través del trabajo pro bono. Sin embargo, la invitación es a reflexionar sobre el largo camino que aún tenemos por recorrer y cómo todos los abogados que trabajamos con la Fundación ProBono tenemos un papel fundamental en mejorar el acceso a la justicia. Muchas gracias a quienes este año se animaron a tomar un caso para impactar positivamente la vida de alguien más. Que el próximo año sea la oportunidad para fortalecer el compromiso con el trabajo pro bono y que cada vez seamos más los que apoyamos y trabajamos en esta iniciativa.
